Qué es la filosofía?

Qué dice la definición de Filosofía: Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano.

Convengamos algo: la filosofía es una ciencia. Por lo tanto implica un método científico, investigación y análisis. O sea, repetir frases de dudosa procedencia no es filosofía. Publicar frases optimistas cuando el mundo arde, no es filosofía. 

Filosofía significa amor a la sabiduría, sí; pero no a aprender cualquier cosa sino a alcanzar una sabiduría, una cierta forma de conocimiento elevada, consciente, crítica. 

A esta columna le impusimos el nombre de “La barba en remojo”, no solo por graciosos que hacen alusión a mi pelo facial; sino porque el refrán español es también una advertencia. “Cuando las barbas de tu vecino veas rasurar, pon las tuyas a remojar”, dice. Su significado es mantenerse pendiente de lo que sucede a tu alrededor, porque te puede pasar lo mismo y tenés que estar preparado, para evitarlo o contrarrestarlo. Si no conocés, si te dejás llevar por la posverdad, por el cuento que te regalan en las redes y los medios, si no sos capaz de observar qué sucede a tu alrededor, te puede pasar lo mismo. La filosofía también está para alertar.

Se suele jugar con la expresión de que “la filosofía no sirve para nada”. En un mundo utilitarista, donde todo tiene que dar un beneficio económico o servir para construir algo, o para hacer algo, se le baja el precio a la filosofía con ese chiste. Por el contrario, la filosofía es más útil que cualquier otra ciencia, porque las atraviesa a todas, porque en todas está la lógica, la ética, la moral, el pensamiento crítico. Epicteto dice: “Filosofar es esto: examinar y afinar los criterios”. Sócrates por su parte sostiene: “Para encontrarte a ti mismo, piensa por ti mismo”.

La filosofía no es aburrida, aburrida es alguna gente que enseña filosofía. Hay una película de bajo presupuesto, lenta, obvia, de esas que ves porque el control remoto se cayó de la cama y tenés frío como para buscarlo. Se llama “Dios no está muerto” es un mal intento de respuesta a Nietzsche por aquello de que “Dios ha muerto” - algún día podríamos hablar de las frases que nunca fueron escritas pero seguimos repitiendo -. Esta película del 2014, dirigida por Harold Cronk, tiene una escena que suelo utilizar en charlas y clases (cómo el arte, incluso cuando no es sublime, puede dejar algo importante, ¿no?). Típica aula yankee, tipo auditorio, con gradas que van descendiendo al escritorio y pizarrón, llena; entra un profesor trajeado, apurado, con cara de ojete y les dice: evitemos la inútil discusión sobre Dios, escriban Dios ha muerto y firmen, así aprobarán la materia. ¿Qué hacen todos? 

Menos uno. El protagonista, obvio, que es un ferviente creyente cristiano protestante luterano y no puede aceptar la imposición que va contra su fe. Consecuencia: el profesor lo toma de punto.

Para mí es la única escena que vale la pena de la película, que encima es una saga. Pero en esos pocos minutos evidencia cómo muchos enseñan filosofía, imponiendo su pensamiento y cerrándose a toda discusión. Bajan línea, obligan a repetir sus fórmulas y así mucha gente piensa que la filosofía es aburrida. Ojo, ser profesor de filosofía no es lo mismo que ser filósofo. Hay muchos profesores que no filosofan, y muchos que se dicen filósofos que solamente hacen arqueología filosófica, viven desenterrando muertos y repitiendo los mismos análisis a las obras que hicieron otros miles antes.

Hay muchas ramas y líneas de la filosofía tras las cuales se encolumnan generalmente. Eso descarta muchas veces poder atender otras corrientes, pensar fuera de la tuya propia. 

Sí estoy convencido de que hay métodos por sostener. En ese sentido soy socrático. El método socrático hay que recuperarlo, la mayéutica que no es inducción ni repetición sino descubrir. En definitiva, recuperar la capacidad de asombro del niño que descubre el mundo por primera vez, que pregunta todo, que no da nada por sentado, qué cuestiona todo con sus por qué. Eso vamos a intentar hacer en esta columna, no vengo a traer respuestas sino muchas dudas.