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¿Pones el cuerpo para aprender?


La sabiduría popular tiene miles, millones, o más, de frases que marcan nuestras vidas y repetimos recurrentemente como verdades absolutas. El academicismo niega muchas veces el valor de esta sabiduría y le otorga un rango menor, incluso no podríamos hablar de filosofía popular por ejemplo ¿Por qué no? ¿Acaso no es filosofía la reflexión que se instala tras una frase popular? ¿Acaso no son sabiduría popular las máximas délficas? ¿Qué diferencia a los aforismos del Templo de Delfos de la frase de la abuela o del Martín Fierro? Pensá una frase popular que uses siempre, o que te decían siempre... ¿La sentís llena de sabiduría?
Muchas veces, pensar, repensar, reflexionar, dudar, poner a prueba, y cuestionar, son acciones de índole filosóficas. Para ellas no necesitamos un diploma colgado en la pared que diga "Ahora puede pensar". Lo que sí necesitamos es cierta coherencia en la tarea de pensar, caso contrario lo que estaríamos haciendo es mentirnos, tratando de validar lo que ya creemos que es LA verdad. Pensar popularmente significa pensar en aquellas cosas que atañen al pueblo, en cosas cotidianas que nos rodean; y en el mejor de los casos obtener una observación diferente tras cuestionar su validez. 
Ahora piensa en una situación donde no obtuviste el resultado esperado, y preguntémonos, ¿Qué sucedió cuando algo no salió como se esperaba? ¿Fallé? ¿Fracasé? ¿Erré? ¿Siempre son negativas las respuestas que surgen? ¿Como autocastigos? Repensemos entonces. La actitud con la que afrontamos las situaciones desfavorables marca nuestra continuidad. La Programación Neuro Lingüística facilita revertir ello con cambios de miradas y sentencias. Reformulemos: ¿Qué sucedió? Si la respuesta la formulo positivamente podría ser "Puse el cuerpo para un aprendizaje". Puse el cuerpo, y ahora puedo volver a intentarlo con otras acciones. Se siente mejor, ¿cierto? Y no nos limita, salimos de la posición de víctima y somos protagonistas con posibilidad de volver a intentarlo con nuevas herramientas.

Y vos, ¿Pones el cuerpo para aprender?
Marcelo J. Silvera


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